Me estoy desdibujando poco a poco..., estás tú
                                                                                    del otro lado, 
que  sostienes un lápiz tembloroso entre tus dedos y lo apoyas con cautela en mi contorno. 
Trázame desde del origen, a imagen tuya. 
Y que no quede en mí ni las líneas fugaces del arco de los labios que te besaron. 
Acaso esto era el amor, o la derrota, 
la sombra que te huye y, cansada, reverbera.