"Sé que ese azul radiante que lleváis en los ojos
es un cielo pequeño con un oro dormido" Vicente Aleixandre

lunes, 31 de diciembre de 2012

 ESTE AÑO QUE ACABA...
   Este año que acaba, puff, este año que acaba… Consciente de la inconsciencia que ha supuesto mi tiempo. Tengo tendencia a olvidar. Y recuerdo menos, en general. Puede que mi mente haya activado un mecanismo de “sálvese quien pueda”, o simplemente sea que me hago mayor. Empiezo por hacer mención de mi poeta recién descubierto, Josep María Rodríguez, que además de la coincidencia  nominalmente sobre amores del pasado, dice “¿cuándo he dejado de importarme?”. Y esto es, ¿cuándo he dejado de importarte?  Intenté escribir dos veces “importarme” y me salió “importarte”. Va a ser que el verso lleva las de ganar… Y bien, me confieso adicta a los sueños. Me confieso adicta a la no realidad. Odio los hospitales y admiro a los especialistas en medicina. La que sea. Pero no me deja tranquila esta tendencia juanramoniana a temer el temor. Se dice: me siento orgullosa (filosofía positiva, slow, siglo XXI), se dice, me enorgullece haberme mantenido íntegra en la decencia de los valores. En estos tiempos que corren. Me enorgullece haberte rozado la mano. Haberte sonreído cuando te sentía triste o desalentado. Ser más fuerte de lo que suponía. Te agradezco las palabras de confianza, las palabras de amor y admiración constantes. Te agradezco haberme querido a diario. Haberme abrazado sin pedirlo. Y haberme amado tan de veras. Siento no haber sabido demostrarte que te correspondo totalmente, siento mi torpeza. Intentaré cambiarlo. Intentaré que cada uno de los momentos que sucedan sean buenos para ti y para mí. Aunque sepamos desde ya.  que a veces alguien apretará más de lo debido el brazo del otro, bueno, ¿y qué? Yo estaré ahí. Estaré ahí. Felices recuerdos, obrigada. Año que comienza…Trebollillo verde. Es impar y eso ya tiene mucho a su favor. Mi deseo para todos los que amo, en presente: que nunca creas, nunca,  que lo que tú anhelas, ansías o deseas con ojos ávidos de ilusión, no es posible. Que nunca, nunca te dejes convencer por el desaliento de los otros. Vale

sábado, 15 de diciembre de 2012

La puerta hacía un ruidillo insoportable. El óxido, la lluvia. Cerré los ojos y aspiré el perfume. Olía como siempre.  ¿Era jazmín?  Puede que azahar.  Pasé al fondo. Crujían los restos de hojas, raíces y tallos bajo mis pies. Cada paso duraba mucho
 Hay algo que no sé si les sucede a los otros, que nunca sabré si les sucede a los otros, que no encuentro el modo de saber si les sucede a los otros.  Hay una calle que mi estómago recuerda. Un jardín que mi estómago recuerda. Y unos niños jugando felices. Otras veces es el calor de una conversación, otras la sensación de protección de un grupo de personas a las que amo. Un calambre fatídico y gustoso recorre mis entrañas. Me place y me bloquea, me inmoviliza hacia la continuidad del instante. Es justo entonces cuando caigo en la cuenta de la levedad que me sostiene. Y me araña largamente no comprender nada, en absoluto, de mí misma en esencia.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Pero de lo que concebiste,
sólo una parte leve, levísima,
deviene en piedras.
Lo demás son blasones de cera
que arremeten  contra lo desconocido.
No tengas miedo.
Pisa la calle adoquinada.

martes, 27 de noviembre de 2012

Si me confirmas con tu cuerpo
álgido, ávido, colocado diametralmente opuesto al mío,
cederé a este razonamiento vago, de constantes pésimas.
No lamentaré haber esculpido el odio zarandeado contra el tiempo.
Haber escupido tu nombre como una extraña e ímproba sustancia dentro de mí.
Te colmaré de cánticos, te lo prometo,
te colmaré,
si hoy lentamente tus brazos se enlazan,
simplemente,
cálidamente alrededor de los míos…

martes, 20 de noviembre de 2012

Para Andrés:
El niño verde
   Había una vez un niño. Un niño verde. Que vivía dentro de una burbuja transparente, pero con olor a magnolia. Las ventanas de la burbuja daban a un precioso bosquecillo ajardinado, con un banco de madera y una mesita de madera. En las ramas de los árboles había muchísimos animalitos graciosos: pájaros, Koalas, y algún que otro gato (los gatos no le gustaban mucho, pero éste se empeñó en quedarse en la burbuja, y el niño no tuvo valor para echarlo sin llorar, así que lo dejó quedarse). El niño pronto descubrió que se sentía muy a gusto en aquel lugar. Casi siempre hacía sol, y alguna vez, para no olvidar el romanticismo y para que los árboles pudieran mostrarse plenos, llovía, llovía mucho. En esas ocasiones, el niño cerraba la puerta que daba al jardín y se quedaba dentro de la burbuja pensando en sus cosas. Componía canciones y poemas. Un día pensó que escribiría poemas y empapelaría tooooda su burbuja con palabras preciosas, llenas de sentimientos de amor. No excluyó el desamor, ni los poemas sobre gatos, ni los que hablaban de las rosas, ni del paso del tiempo, ni los que sólo eran juegos de sonidos. Los puso todos, por toooooda su burbuja. Dentro, también tenía una sillita de madera desde la que se podía observar cada palabra desde cerca. Una tarde de lluvia, sentado en su sillita, contempló estupefacto uno de los poemas que estaba colocado justo debajo de su pie izquierdo. Decía así: “Sobre la arena del mar, el sol es más legible”. Entonces, colocó su sillita junto a los árboles del bosque y trepó para ver más allá, mucho más allá, mucho más allá… Hasta que notó cómo algo rozaba sus zapatos verdes, por supuesto… Estaba apoyado en su burbuja, que le empujaba en dirección a la playa… Ya podía ver las olas.., ya olía el agua del mar y la brisa le mojaba la cara… Escuchaba a las gaviotas… Sentado por primera vez en la arena comprendió, agradecido, lo que su burbuja había hecho por él.   
YA NO SOY MÁS TÚ DESDE ESTE YO
Apoyaba las yemas de los dedos en los agujerillos fríos, la madera desprendía un olor a compacto barroco, mezclado con la vaselina del corcho. Ya sabes.., tenía que montarlo suavemente.. Cada pieza encajaba, y era un juego. Estaba a punto de mostrar mi alma, no, no tan de veras, sólo de la forma que alguien curioso mira a través de la cortina opaca y observa, musitando, algo que le gusta demasiado. A punto de ser descubierto. El aire brota de las entrañas, sabe que se colmará el sentimiento, que casi entrarán unas ganas certeras de agotar el instante en una cadencia. Pero habrá que continuar. La garganta se anuda. Se inhibe y se envalentona. Ya no sabe qué papel le toca a ella en todo esto. Va a sonar, de un momento a otro, una melodía que trasformará el ser en sí mismo para siempre. Unas notas frenéticas y firmes, mucho más que su presencia, que su prestancia y que su conciencia. Unas notas redondas y profundas que recuerdan la esencia pura del viento que las trae arreboladas. Y en la habitación, que dadas las circunstancias, podremos llamar estancia, por la forma poética, por el estatus de amor que ha creado el poema con la música clásica, que ya se precipita en la lengua… En la estancia…, digo… Suena el oboe, y los rumores acallados de seres que inundan las paredes  rancias, desaparecen. Mientras la música se deslíe nuevamente hacia el alma: instante glorioso de retroceso hacia un vertiginoso comienzo seguro.

viernes, 16 de noviembre de 2012

NO ME CONCEDAS ESTE BAILE
…Una vez sufrí un desengaño amoroso, y mi abuelo, miró a mi abuela, alzó la mano con desdén y dijo que no valía la pena. Echo de menos a mi abuelo, sobre todo esos gestos nimios, en los que daba por hecho que “no valía la pena”. Le quise tanto en ese momento. Cómo, con sus manos ásperas y huesudas de tanto trabajar, podía calmar con su actitud un problema tan tonto como el mío. Me avergonzó ser tan débil. Me avergüenza todavía, a pesar de que desengaños amorosos hubo muchos después de aquél.  Venían todos de mi propensión a la idiotez. Se es idiota en algunos aspectos, no en todos. Y éste es uno de los míos. Yo debí pincharme con la rueca, o Campanilla se encarnó en mí pasada la novela. Algo tuvo que ser.  Ahora estoy decidiendo ser hada madrina, que son buena gente, y hacen los deseos realidad. Los de los otros, ya lo sé.

lunes, 12 de noviembre de 2012

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
  El poeta de la verdad, de la esencia, de las palabras, de la esencia en las palabras. Visité su casa, ávida de romanticismo literario. Encontré al hombre, en los objetos. Apenas puedes creer que él los tocara, que se sentara en aquella mesa, que se vistiera aquel traje, aquel sombrero. El hombre por encima de las ideas. El hombre con las ideas. Lo imaginé mirando desde la ventana de su dormitorio, la que da a la calle. Aquel día llovía. Cómo le miraría Zenobia trabajar. Cómo caminaría por aquellas hermosas habitaciones recreando siempre algún verso de sus versos. Leía en la lengua original de los escritos, pero adoraba el castellano por encima de todas las demás. El poeta de las palabras hizo que no nos olvidáramos de ellas, y que las rozáramos con una mano sosegada de certeza. Rozar las palabras, palpar los conceptos, desde la sencillez del entendimiento más puro y abstracto.

Le Penseur, Rodin
   Una vez vi a El Pensador, de Rodin, en la calle.  Caminaba distraída y me sorprendió su hermosura solemne, su ubicuidad irreverente... No recuerdo apenas nada, ni dónde estaba, ni cuándo, hasta tal punto que muchas veces dudo de si sólo fue un sueño. Entonces siento una rara emoción cuando advierto la intensa forma que tienen los sueños de conectarse con la realidad, alambicando esta simbiosis. Vi a El Pensador, y admiré su belleza: el contenido arañaba su silueta fornida y perfecta.
LO QUE NO SE VE
Avanza la torre y cae.
Extasía el tac- tac de unos tacones.
Una mano se aproxima y ralla la pesadumbre equidistante:
 entre la torre y los zapatos,
 han quedado esparcidos milimétricos asuntos probables.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

“De ningún modo es eso lo que pienso”. The Love Song of J. Alfred Prufrock, T. S. Eliot
 Al principio, Prufrock me pareció la palmada en la espalda a tiempo. Como si el “catcher” de Salinger estuviera rescatándome de caer definitivamente en el abismo…, - y sin embargo abismarse no es un mal término. Tiene la elegancia de las palabras-suspiro, aunque acabe en desastroso fin…-.  Prufrock, con sus charlas perdidas en naderías a su pesar, su paciente anestesiado, su niebla y su definitivo envejecer así,  “Envejezco… Envejezco…  Tengo que llevar los pantalones enrollados”, suponía la alerta. ¿Pero es acaso necesario considerar a Prufrock un semihéroe, y no el héroe de la lucidez del ángel amable? Tenemos que simular que nos causa vergüenza habernos creído superiores cuando en retrospectiva recordamos sus terribles palabras:  “No, no soy el príncipe Hamlet, ni pretendía serlo…”, pues ahí está toda la razón del poema desde mi perspectiva de salita de té. Nadie dijo, la niebla no se fue, y el paciente anestesiado nos perseguirá para siempre. ¿Pero por qué? Porque Prufrock somos todos, aunque Eliot nos vista de Hamlet a menudo, y en breves,  profundos y tristes espacios,  pretendamos ser  sólo  un bufón que ha caído en la cuenta.

martes, 6 de noviembre de 2012

JACULATORIA III (NO EXISTE LA ANTERIOR JACULATORIA)

No pertenecemos a los absolutos.
Las verdades no existen. Sólo existen las palabras.
Que no son.
Que desfiguran el ser real en esencia.
Porque no existe la realidad, y la nombramos, sin embargo...
De esto estoy segura.
De esto y de que las líneas que esgrimen una concreción relativa,
son liberadas una y otra vez por el tacto de las palabras.
No soy sin las palabras. No soy, de todos modos, en el relativo pero constante huir del tiempo.

domingo, 21 de octubre de 2012

Te amo.
Porque con tu zancada de oso atenúas el color de los edificios encementados que recuerdan a la muerte.
Porque con tu voz imprudente conviertes a las masas en necios felices.
Porque de cerca solapas la cordura.
Porque susurras secretos indecentes.
Porque eres lluvia en abundancia, terroríficamente inenarrable.
Y te adelantas a mi abandono

justo antes de que me disuelva

eternamente.

El camino
 Estaba perdida en las palabras de Pessoa, estaba cobijada. Entre los perfumes de las flores del camino de Swann encontré un paraíso de colores, que Matisse y Georgia O’Keeffe confirmaron sin demora.  ¿Hacia dónde camino ahora? ¿Cuál es mi sendero desprovisto de huellas o acaso tamizado como en el poema de Eliot? Esa niebla que impide ver con contundencia el paso de una vida tan de veras… ¿Estoy en el camino o no? Ójala las palabras del poeta me descubran el reguero de las sombras por desopilar.  ¿Estoy en el camino? ¿O no?

viernes, 19 de octubre de 2012

Acaso esto

   Condenados a vagar por celdas metafóricas. A deambular por ensueños que son más un oprobio que un verdadero canto a la dignidad. Ansiamos un alma sujeta a continuidades prescriptivas. Sin ellas nos lanzamos al vacío, a la caída indeterminada. Nos repugna la esencia o lo verdadero. Reptando, enlazamos los miembros hacia posibilidades agónicas, porque no nos sabemos de otro modo. Oh, pobre, pobre mortal que se derrota.

martes, 2 de octubre de 2012

  JACULATORIA
Tiempo de una relación amorosa: exactamente el momento en el que miras el frasquito del perfume y reconoces haberlo usado sin nostalgia.
*NOTA: no nos referimos, ni mucho menos, a los amores vacuos.
*Advertencia: algunos amores, los desprovistos de continuidad, se adscriben indubitablemente a nuestro yo. En consecuencia, nuestro yo se transfigura sin remedio.
*Nota a la advertencia: tampoco nos referimos aquí, en absoluto, a los amores vacuos.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Me estoy desdibujando poco a poco..., estás tú
                                                                                    del otro lado,
que  sostienes un lápiz tembloroso entre tus dedos y lo apoyas con cautela en mi contorno.
Trázame desde del origen, a imagen tuya.
Y que no quede en mí ni las líneas fugaces del arco de los labios que te besaron.
Acaso esto era el amor, o la derrota,
la sombra que te huye y, cansada, reverbera.

jueves, 30 de agosto de 2012



Obligatoriamente  EX PROFESSO
?El orden no. Estaría bueno,  es… el desorden¿
LOS ÁRBOLES
 Esta tarde he subido la cortina de la habitación que da a la pescadería. No suelo hacerlo porque la palabra “pescadería” y la palabra “paisaje” distan mucho de formar parte del mismo campo semántico, en mi opinión.  Pero he subido la cortina para que entrase la luz de la tarde, esa luz casi septiembre.., y ahí estaba el regalo de hoy: los dos árboles de la calle han crecido tanto tanto, que sus ramas se han cruzado por encima de los escaparates de los establecimientos de abajo. Es decir, que si uno mira desde donde yo estoy, sentada en el escritorio, e incluso si te levantas, verás un manto perfectamente verde de hojas de diferente tamaño y colorido gama verdosa... Un bicho con poca consistencia podría ir desde el tejado de mi edificio al edificio de enfrente simplemente paseando. Me abruma esta simulación tácita de bosque en medio de la fealdad. Y me hace sonreír.

martes, 14 de agosto de 2012


SARTRE (SOLITUDE)

Cuando leas La náusea...  Abre todas las puertas, guarda los objetos cotidianos, y habita un espacio en blanco; si no lo haces, pasados los años, te asaltarán las toallas, las manchas de la madera, las sábanas coloreadas, los marcos de las ventanas, los pomos, los tenedores, las pinzas de la ropa.. Cuando leas La náusea, no olvides desalfabetizar tu biblioteca, por si acaso.. Y adoctrinarte, sin lugar a dudas, en que la paranoia es un invento siglo XX.. Y que ya le sumas uno.

  
LA PAREJA HUMANA Y LA MUERTE, A PESAR DE TODO, BAJO UNA LUNA SEMIENCENDIDA Y SEMIINCENDIADA.
   No conocí el rostro de Aleixandre. No miré cómo colocaba las manos mientras hablaba. Cómo miraba mientras leía. No estuve en la misma habitación en la que creaba versos. No fui un poeta joven dudoso de su valía en su presencia. No supe qué pensaba en sus silencios. No le vi dormir. No le vi morir. Y sin embargo, le amé con locura.

sábado, 11 de agosto de 2012


Perdóname por mis palabras.
Busco la sencillez en los gestos, el remanso de las caricias tenues. Pero el deseo me golpea fiero lamiendo esperanzas de una existencia que jamás contemplaré.
Tú sabes cuánto te quise a veces y cuánto te odié mientras te amaba.  
Por eso te hablo así. Que es como hablarme al oído.

martes, 31 de julio de 2012

MATERIA
Porque ignoro la mayoría de los significados, mis palabras se extienden hacia las generalidades.
¿Has embalsamado ya los minutos que crecieron junto a las ramificaciones de tu desdén?
Tengo tu reconocimiento rasgando alguna parte de mi cuerpo que no identifico claramente. 
Cuando busco el origen, como un perro que sangra y no reconoce de dónde le vino el golpe,
me vuelven palabras con tu voz, como susurros perdidos de certezas próximas.
Éste estar en ti es la única concreción que sé de veras.

lunes, 30 de julio de 2012

EL PAÑUELO DE SUSAN
Hay un lago que colma esta oquedad hasta los ojos.  Pero tú no tienes culpa de nada.
Eres el hermano, el amante, el ser solo que roza mis extremidades, y se aventura a mis palabras

tangente a su sentido.
Minimizas mi agonía estupefacto: ni me compadeces,  ni me abrazas.
Un día saldré al sol  y me extinguiré como la madreselva sin agua.
¡ALBRICIAS!

Rocas elevadas y ampulosos desiertos.
Lo que renazca lo hará sin opulencia la primera vez y luego será rodeado por infinitos ejércitos de cariátides incólumes.
No vale nada lo que ostentas.
Acaso ese gesto histriónico te hubiera cedido ciudades enteras de muertos en el camino.
Pero, porque eres consciente ahora y lo lamentas, no hallarás nada sin menoscabo.

jueves, 26 de julio de 2012

“YO QUIERO VERTE DANZAR”
 Y gira todo en torno a la estancia mientras se danza...
…Me encanta escuchar el trasiego de los repartidores, las puertas se abren y se cierran con ímpetu, alguien grita una nadería, pero la grita. Alguien rompe algo, por descuido, una botella de vidrio, una botella de vino que lanzó al contenedor, ¿lo saboreó en compañía la noche anterior?, ¿o más bien lo bebió calmando la desesperada conciencia de la soledad?, ¿lo disfrutó igualmente? Hay tiempo para conversaciones breves, se detienen y escuchan con avidez (aún queda el resto del día para hacer otras cosas), tienes que irte y no sabes a dónde.
… la gente anciana que baila al ritmo de siete octavas…

miércoles, 25 de julio de 2012


FICUS
   De mi abuela materna heredé el gusto por los olores encontrados. En medio del patio de la casa, sonreía emblemática la higuera, que había levantado  parte del suelo de la cocina y  parte del suelo del comedor. Cuando la amenaza de cortar sus raíces aparecía en alguna conversación trivial, yo me ponía muy seria, dispuesta a la lucha, dispuesta a los gritos y al llanto y a las palabras emotivas, si hubiera sido necesario. No lo fue, porque la higuera siguió allí, con su olor, disputando tiempo a tiempo los días eternos de verano. Cuando mis abuelos murieron, la higuera murió con ellos, la infancia y los recorridos alegres por las jaulas de los conejos o el pasillo con olor a naftalina. A mi abuela le gustaba que las habitaciones tuviesen, desde la media mañana, el color amarillo del sol tamizado por las cortinas, las puertas casi cerradas o entreabiertas.
   Yo, de manera inconsciente hago lo mismo. La claridad extrema me provoca frialdad, busco ese color cálido, amarillo tostado, en cada habitación, y también busco los olores de aquellos días. Hoy, me acordé de que le asustaban las tormentas de verano. Esta tarde ha habido una tormenta de verano. Yo adoro el olor de la calle mojada por el agua repentina, y los coches que se detuvieron un momento – o eso pensamos, sorprendidos por el caer insólito de la lluvia -, han vuelto a circular como si no hubiese pasado nada.

Estas cosas, son, me son. Me hallan en lo que soy a manos llenas.

viernes, 20 de julio de 2012

VERANO
Te miro y sonrío y respiro muy hondamente. Espantas los insectos como si de monstruos se tratara. Me provocas ternura. Infinita. Entonces me dan ganas de rayar el espacio circundante en el que habitas. “Aquí no entres”, le diría.
Sonríes cuando el viento se lleva los papeles, ya percibes su presencia irreverente. No sabes cuánto de caricia tiene su gesto. Pero ya lo aprenderás, ya…
No hay calma capaz de calmarte tus ansias de vida, y sonrío, sonrío hondamente. Me recuerdas al mar, como una nostalgia tramada en tiempos remotos. Tienes justo justo el olor de las higueras en verano cuando conversan con el sol.
Y tú no lo sabes.

lunes, 16 de julio de 2012

No todo va a ser oscuridad. Ni los árboles. Ni los niños.
Ni los verbos. Ni los vivos. Ni tú. No, no todo va a ser oscuridad.
Ni las aureolas, ni los reencuentros, ni las postales, ni los besos.

jueves, 14 de junio de 2012

PARÁFRASIS
Porque sé que estar lejos
es nada más
que abandonarse a los espacios
y caer del cielo
como el ave muerta
en algún lugar de la historia.

lunes, 4 de junio de 2012

Miradas

Es de estúpidos reconocerse así y cerrar torpemente los ojos.
De estúpidos, amor mío…

jueves, 31 de mayo de 2012

  ESTADO CIVIL...
   Hablo con mis amigos de posibilidades remotas, de páginas en blanco por escribir, de personas anónimas, de una cita a ciegas… Tú me animas a probar y sonreímos hasta reír a carcajadas elucubrando sobre el mensaje de entrada. ¿Edad? ¿Lugar? Qué aburrimiento…, te digo,  y tú añades que eso es sólo el principio…, que da igual… Nos hemos quedado callados, y después de tanta risa, el silencio parece un remanso fresco de calma voluptuosa. Nos hemos callado y mientras tú piensas en futuras citas, inminentes, con la mujer que pide sólo fidelidad y comprensión, o aquélla que decía el color de su pelo y poco más… Yo me quedo mascullando tus palabras de entonces y sonrío en la distancia de mi alma,  mientras pienso cómo voy a incluir en el mensaje de entrada lo único que sé que soy a duras penas: la consciencia estéril de mis días sin él.

martes, 29 de mayo de 2012

CANTO A LA VIDA…
CON TODOS MIS RESPETOS

Sepan  ustedes, que ya lo saben, que la muerte no deja tregua. Aún observo cabizbaja el sinuoso movimiento de los hombres. Sí, sí, no creo nunca comprenderles en su medida simulación de seres-sombra, si existiese… Dejen de intentarlo: se les ve; y da igual que uno aparente no enterarse, ya cultive sus frutos en un jardín privado o a vista de todos; si su dedo tenue y firme en maldad, consigue encontrarle, que lo hará..., punto y final a cada historia. ¿Y después?
Vaya.., qué desencuentro éste…, habrá que besar hasta saciarse, beber vino, deambular por calles desconocidas y sorprendentes, amar siempre el amor, de cualquier modo, perdonar, errar, errar, errar…, hasta que a uno no le quede aliento para preguntarse qué hubiese pasado si hubiéramos vivido plenamente.
Elijan muchos lugares, Benedetti, elijan arte, Sábato, elijan la cadencia en calderón, Mozart, los colores, los olores, blanco y negro, jazmín, chocolate... Lo más manido déjenlo para mañana y horaden la conciencia del instante. Coman con Rilke, al menos, una vez, rían con Sancho unas cuantas, recuerden con Proust, con Freud… Orínense sin circunloquios con Rimbaud ante los intelectos que presumen de rancios, hablen en voz muy baja con los maleducados, a ver si así se aburren y se duermen.
Tenía un miedo irracional a que no cayeses en la cuenta de todo esto.
 Digan todo aquello que no supieron por torpes (nunca es tarde), enlacen las manos ahora...
Réquiem vívido por esas pisadas certeras del momento, que resoplen otros de cordura: no tú, no tú.
No yo.

martes, 22 de mayo de 2012

“Ese momento”, de Misia…
Por las calles empedradas…
Tenemos una cita… Al atardecer… En Lisboa… Iremos al Castelo da Pena, tal vez… En violín… Nos espera uma bica a medias… Sin palabras…
“Ese momento…  te considero tan egoístamente mío...”

lunes, 21 de mayo de 2012

CUANDO TENGAS DINERO…
                                   REGÁLAME UNA CANICA, UN POEMA ROTO, UN PESTAÑEO GRACIOSO, UNAS INICIALES A BOLI QUE NO TENGAN PARALELO, UN CARTABÓN DE GOMINOLA, UNA LLAMADA DESDE UN PRADO, UN PASEO EN BICI, UNA LISTA DE FLECHAS HACIA UN LUGAR DEFINIDO, QUE NOS LLEVEN MUY LEJOS: A LA CASITA DE CHOCOLATE, O A LA VACA DE PULGARCITO, ES IGUAL..
CUANDO TENGAS DINERO, BIEN PUEDES  RECURRIR A ÁNGEL GONZÁLEZ Y REGALARME  SUS PALABRAS. PERO TE LO ADVIERTO: CUANDO LO TENGA EN LAS MANOS.. NO PODRÉ DECIR QUE NO..

miércoles, 16 de mayo de 2012

QUE QUEDE ENTRE NOSOTROS…

Dice el poeta de los pronombres, y del amor, y del amor del amor:
“Hoy estoy besando un beso. Estoy solo con mis labios”.

Y yo,
Cuando dejo de besarte ,
pienso exactamente eso.
Por eso, nunca, nunca, nunca, yo, nunca
                                                           dejo de besarte.

jueves, 10 de mayo de 2012

Quiero ahuyentar a las certezas... 
A la gente embadurnada de certezas habría que empujarles al precipicio. Por ejemplo, una cuestión sobre el universo. Hablemos de individualidad. No hago más que rememorar afectos, no hago más que recrearme en tiempos muertos, los de los muertos. Me sorprendo, tengo que desasirme de mí misma, y me sorprendo, esperando su llegada. Pero, por Dios, tanta ilusión mata de pena. ¿Es que vendrá un capítulo aparte? ¿Acaso es un folletín por entregas? No, así que punto y final aquí. Ni siquiera es tan fácil, ¿para qué asumirlo? Preferiría tener que tragarme todas las gramíneas de la novela de Casa de campo, preferiría ahogarme de calor como el cerdito- niño de Donoso y luego tragarme las gramíneas, con tal de que sucediese a las puertas del calor del verano; lo prefiero a tener que lamerme los miedos uno a uno, estas grietas de la desesperanza una a una. Supongamos que tanto esfuerzo de aniquilación de la vulnerabilidad no sirve para nada. Supongamos que no somos más que lo que hemos repetido una y otra vez: el enjuague bucal, el vaso de leche, las zapatillas de dormir, esas ganas de frases insignes, indubitables, los zapatos, los pantalones vaqueros, el color del lápiz de ojos, el blanco y negro, las notas rasgadas de Satie. Y, de repente, quise escribir Debussy,  como por encargo. Pero las teclas se rebelaron justo antes de desfallecer. Creíamos que teníamos respuestas, pero sólo enlazamos acertijos. ¿Dónde queda exactamente Vinteuil? Eso quieres preguntar, pero sigues tentado de adivinar: Vinteuil sólo es anhelo.

miércoles, 9 de mayo de 2012

 Nunca he estado en Comala.
Durante mucho tiempo quise ser una viejecita de Comala. Escuchar el agua cayendo gota a gota en una estancia vacía. Recrearme en los rumores de la gente. Yo lo supe siempre. La gente de Comala no es como el resto de la gente. Sólo están muertos. Pero viven en la tranquilidad del pasado certero y el futuro inexistente. Eso me gustaba: el ruido del agua, identificándose gota a gota con los pasos de las personas en las calles desiertas. En esas calles donde los niños no jugaban, los no niños, los no hombres, lo no-nadas.
SINESTESIA
Magnolia, lilas, azahar, higuera, hierba, lluvia, jardín, tierra, agua, madera, jazmín, violeta, tú, tiempo, miedo, miedo a qué, costumbre, día, cotidiano, objeto, tiempo, ausencia de tiempo, límites reales, dudas, dudas, tú, verso, beso, labios, miedo, sol, Aleixandre, Aleixandre, palabras, palabras, falacia, náyades, verde, asfalto, camino, caliente, tiempo, yo, descuido, más, rabia, tiempo, jarrón, Matisse, rojo, rojo, relieve, apatía, árboles, tiempo. Nada. Nada. Nada. Grito.
 La inutilidad de los suspensivos…

  Después del amor: la nada. Así que debimos demorarnos un tanto para no sentir el dolor. Si este vacío era la espera, tuvimos suerte de hallar el correlato del sentimiento abrupto en la fugacidad de la pasión.
   Después de la nada: ni siquiera el recuerdo. ¿Sabíamos que todo se calcinaría con el desdén? Ahora lo sabemos. Pero no quisiéramos darnos por enterados. El tiempo está en deuda con nosotros; sin embargo, no tiene remordimientos. No se personifica, qué inalterable y procaz.

lunes, 7 de mayo de 2012

Instrucciones arbitrarias para bailar correctamente “I’ve  lost you” de Elvis.

En primer lugar, se cierran los ojos. En segundo y último: se gira.
Se gira de forma lenta e imparable, con movimiento constante o no.

P.D. Regla implícita número 3: una vez leídas las reglas, sáltatelas.

lunes, 30 de abril de 2012

SOBRE LA LITERATURA

No sé si la literatura condena o salva. No sé cuál es exactamente el fin de la literatura, porque creo, con sinceridad más que meditada, que la literatura no está al servicio del hombre en general, sino que se escribe por necesidad, y  por lo tanto, revierte sus alaridos contra un individuo extremadamente concreto. Empecé a leer con dieciséis años. Los sentimientos me enlazaron con una realidad, versus realidad, que me ofrecía mucho más de lo que podía ver en las calles, en las personas, en las miradas. Al menos, me daba las palabras para interpretar todo aquello que encontraba en las calles, en las personas, en las miradas. No sé cómo hubiera sido mi existencia de otro modo. Ampliada por palabras de autores admirados desde entonces, no sé cómo hubiera sido mi otra existencia sin todos ellos. Pero sé, sin duda, con visión retrospectiva, que no hubiera querido vivirla. Aún recuerdo el peso de algún poema en el bolsillo, contra la praxis. Y mi alegría de repente cuando una metáfora dibujaba su “solución” en un paseo solitario, frente a edificios descuidados y mensajes cotidianos. Puede que mi soledad, la buscada, haya generado esta otra: contraste continuo con la fealdad del mundo sin más, ansias de poder en una sociedad derruida y sin aliento, cansada de creer en sueños que se les vinieron abajo sin aviso, cuerpos buscando cuerpos a la desesperada, huyendo de un estar consigo mismos insoportable por el vacío y la demora.
La ofrenda de la literatura es inenarrable. Pero soy una inadaptada. Me confieso dolorosamente culpable, pues dejé que pasara.
Culpable.

martes, 17 de abril de 2012

...

Eolo me sostiene por la cintura.
Yo noto su cálido aliento alrededor y
lanzo un gesto de ternura a tus palabras.
Calma.

martes, 27 de marzo de 2012

SHOSTAKOVICH…

…Concierto para piano y orquesta nº 2, 2º movimiento, andante…

… Y desleír mi alma entre sus cadencias. Absorta. Olvidada de mí misma.

sábado, 17 de marzo de 2012

DESEOS…
 
Deseo que la palabra acacia aparezca en mi buzón de forma inesperada. Deseo que las calles huelan a una suave mezcla de hierba, agua y azahar. Deseo que aún quede en algún lado una calle adoquinada. Deseo que, sólo por esta vez, el portal huela al perfume del hombre que amo. Deseo que un desconocido me sonría y baje la mirada. Deseo que sople el viento mientras me encuentro perdida en un prado. Que suene Borodin en alguna ventana. Que en la dos hagan un homenaje a Vicente Aleixandre. Que alguien me regale un Matisse original. Que Chema Madoz invente una foto-poema para mí. Que la poesía nunca deje de ser incomprensible para muchos. Que el amor no se desvincule del deseo. Que la gente grite de alegría. Que los deseos enlacen los deseos… Que el soneto del amor oscuro de Lorca, se haga praxis, de una vez...
¿Y tú, qué deseas? Mon frère, mon ami..

lunes, 12 de marzo de 2012

  CUADRO DE VARIOS COLORES, DONDE PREDOMINA EL VERDE
 Al fondo de la habitación un jarrón con flores naranjas. A su lado una ventana por la que se ve un bosque, un bosque muy verde. Todas las figuras iluminadas con la luz del sol, al atardecer de un hermoso día. Suena una canción sin letra, sólo música… El final de Tristán e Isolda, o el segundo movimiento de la quinta de Beethoven… Probablemente toman té. Probablemente se miran. Probablemente han dejado de pensar en el resto de la realidad. Saben que sólo existen, sólo existen, sencillamente: ELLOS. Él dirá. La diferencia es que esta vez la torpeza del momento elegido no se atisba, y el futuro es un presente interminable.  Él dirá: ¿Quieres casarte con este viejo, torpe y asustado, que te quiere lo indecible y te ama aunque no sepa expresarlo? Ella besará su boca, lentamente.

sábado, 10 de marzo de 2012


Alerta, alerta… En quiebra exacta con el mundo se difumina hoy tu esencia.
Abrazo el clamor de tu sonrisa, y tu fuerza me llega desde lejos.
No hay lágrimas, ni silencios, brotan palabras allí donde el rugido de lo incierto
comenta que te has ido, ¿para siempre?
¿No veremos quizá ninguno la estación florida, ni nuestros ojos tendrán
su brillo, consagrado esta vez a tu abandono?
 Estás tú aquí, vital, imperecedera, constante, feliz, no taciturna, alegre siempre,
siempre alegre, como la primavera.


…Por aquellas sonrisas compartidas…

domingo, 26 de febrero de 2012

CANCIÓN EN VERSO LIBRE Y FATUO PARA RECITAR ALREDEDOR DEL FUEGO
Queríamos ser libres. Primero les quitamos los cordones a los zapatos y caminamos un rato por la hierba fresca, pero estaba mojada. No nos gustó. Era demasiado. Queríamos ser libres. Y probamos a quitarles los botones a los pantalones. Se caían con demasiada franqueza. No nos gustó. Era demasiado. Queríamos ser libres. Tiramos los anillos al río. Los peces se agolpaban cerca de la superficie con un único propósito: capturarlos con su boca. Queríamos ser libres. Trazamos una bonita curvatura ciñendo las obligaciones cotidianas: se doblegaba hacia un lado, como personificada. Algunos se escaparon. Queríamos ser libres. Bebimos vino y los ojos de los más altos, de los que casi rozaban las nubes, brillaban de ansiedad. Queríamos ser libres. Queríamos ser libres. Incautos.

martes, 21 de febrero de 2012

   PARAFRASEANDO A WHITMAN... "EN ESE MOMENTO DE LOCURA Y DICHA…"
    Quizá esté loco, lo sé, pero no había otra manera de conseguirlo: coloqué los cubos uno al lado del otro, muy juntitos, para que cupiesen más, los llené hasta arriba de agua limpia, clara, transparente…, detrás tenía preparado un amplificador de sonido, un chisme infantil, pero que servía para el caso. La primera persona elegida fue un señor con traje, corbata y un aire solemne de estupidez acumulada, un político trasnochado conocido por todos aquí. Lancé el primer cubo, ante tremendo baño de agua inesperada, el hombre se quedó mudo, entonces aproveché su silencio para hablar de la falta de gusto en los políticos actuales, y le pregunté: -¿qué sabe usted de retórica? -,-¿qué sabe usted de retórica? –repetí  mientras le amenazaba con un segundo cubo de agua que parecía querer caer al vacío. El estúpido hombrecillo seguía sin pronunciarse. Me obligará a regalarle otra espléndida ducha si no se pronuncia de una vez- le dije. Balbució…, “¿pero qué demonios…?”, eso, señores, es lo que pudo añadir como retórica clásica. Siguiente: apareció una señora, toda remilgada y contoneándose al ritmo interno de sus caderas. Lancé un cubo, sin piedad. El color negro de sus ojos antes, resbalaba ahora por sus mejillas, como en una película de Almodóvar. -Dígame señora, ¿podría definir la palabra voluptuosidad sin hacer uso de sus pinturas? – grité. No dijo nada. Sin duda, porque nada tenía que decir. El tercer elegido fue simplemente un vecino, de esos que no saben saludar por cortesía, ceder el paso con educación y sonreír. No puedo negar, que, aunque con los sujetos anteriores, me sentía realmente solemne, con este no, simplemente quería mojar a ese engreído y reírme luego ante su sorpresa. Sin embargo, el protocolo del juego consistía en hacer una pregunta, ruego o aclaración. Mientras me miraba con cara de bobo, suplicante en un momento de duda, le dije: séquese y camine como si ya usted no fuese usted, sea amable, sonría, no finja que somos seres anónimos en la inmensidad de la jungla en que vivimos, eso nos hace aún más vulnerables, escuche las noticias buscando quedarse embelesado por las palabras esta vez, y haga el amor con dulzura, suponga durante ese vuelo mágico, que la voluptuosidad sigue existiendo, en el agua, en el amor y en las palabras.
FIN

miércoles, 15 de febrero de 2012

ALOCUCIONES
Sólo porque yo no te lo dije,  no recogiste los últimos soles de agosto.
                                              
Qué desmedido intercambio era ese paseo tuyo por la vida leve.
                                              
Y a duras penas: sorprendido, feroz, febril, raro. La conciencia del tiempo: tú.
                                              
Sublimes tempestades que clamaban a Eolo. Pero Eolo siempre andaba en otras cosas…
                                              
Aleteos interminables de fieras arrogantes. Un vuelo interno que no tiene luz en las entrañas.                                   
                                              
No escuches la lluvia… Su ritmo contundente ensordece las almas desde entonces.