Acaso esto
Condenados a vagar por celdas metafóricas. A deambular por ensueños que son más un oprobio que un verdadero canto a la dignidad. Ansiamos un alma sujeta a continuidades prescriptivas. Sin ellas nos lanzamos al vacío, a la caída indeterminada. Nos repugna la esencia o lo verdadero. Reptando, enlazamos los miembros hacia posibilidades agónicas, porque no nos sabemos de otro modo. Oh, pobre, pobre mortal que se derrota.
Yo soy un vencedor, jamás un vencido...
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