"Sé que ese azul radiante que lleváis en los ojos
es un cielo pequeño con un oro dormido" Vicente Aleixandre

miércoles, 9 de mayo de 2012

 Nunca he estado en Comala.
Durante mucho tiempo quise ser una viejecita de Comala. Escuchar el agua cayendo gota a gota en una estancia vacía. Recrearme en los rumores de la gente. Yo lo supe siempre. La gente de Comala no es como el resto de la gente. Sólo están muertos. Pero viven en la tranquilidad del pasado certero y el futuro inexistente. Eso me gustaba: el ruido del agua, identificándose gota a gota con los pasos de las personas en las calles desiertas. En esas calles donde los niños no jugaban, los no niños, los no hombres, lo no-nadas.

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